Por: Marcela Montero

Introducción
Las ferias libres en Chile representan una forma auténtica de mercado libre, donde emprendedores y productores ofrecen sus productos directamente al consumidor sin intermediación estatal. Desde una perspectiva libertaria, este modelo de comercio voluntario y descentralizado debe ser promovido y protegido frente a la creciente presión fiscal y regulatoria del Estado chileno.
¿Por qué las ferias libres son libertarias?
– Libre intercambio voluntario: Cada transacción es voluntaria, sin coacción estatal ni intermediarios forzosos.
– Descentralización económica: Cada puesto actúa como una unidad económica independiente.
– Acceso democrático al emprendimiento: Las barreras de entrada son mínimas, permitiendo a cualquier persona emprender.
“La libertad económica consiste en poder intercambiar sin intervención del Estado. Esa libertad se vive día a día en las ferias libres.” — Inspirado en Jesús Huerta de Soto
¿Por qué las ferias libres no deben pagar impuestos?
– Imposición como agresión estatal: Los impuestos son coercitivos por naturaleza, incluso para actividades de subsistencia.
– Doble tributación: Los productos ya pagan IVA en su cadena productiva.
– Costos marginales altos: Los feriantes tienen márgenes bajos, y la imposición fiscal puede destruir su sustento.
– Externalidades positivas: Las ferias no dependen del Estado y generan beneficios sociales espontáneamente.
“Allí donde no hay intervención del Estado, florece la verdadera prosperidad.” — Jesús Huerta de Soto
¿Por qué el Estado de Chile impone impuestos a las ferias libres?
– Ampliación de la base tributaria: Busca que todos los ingresos estén gravados, incluso los de subsistencia.
– Trazabilidad sanitaria: Argumenta que regular mejora el control de calidad alimentaria.
– Recaudación municipal: Se cobran permisos por uso de espacio público.
– Digitalización tributaria: Se exige boleta electrónica incluso a pequeños feriantes.
Crítica libertaria a la intervención estatal
– Injusticia fiscal: Igualar a feriantes con grandes empresas es desproporcionado.
– Expulsión del mercado: La presión fiscal empuja a la informalidad o la ruina.
– Baja eficiencia recaudatoria: Altos costos de fiscalización con mínima recaudación.
– Propiedad pública ilegítima: El Estado no debería cobrar por espacios que no administra directamente.
Conclusión
Las ferias libres deben ser vistas como un símbolo de libertad económica y cooperación voluntaria. Imponerles impuestos es una agresión innecesaria y contraproducente. Desde la filosofía libertaria, se debe promover su liberación fiscal total como ejemplo de cómo puede prosperar una sociedad sin intervención estatal.
“Allí donde florece la acción humana sin coacción, el Estado acude a intervenir, gravar y estorbar.” — Reflexión libertaria